lunes, 3 de octubre de 2005

† El fantasma de mi "yo" imaginario. †

Para mi silencio el mar se ha vuelto
tan in menso que su ruido de gaviotas
solo me llega como un eco.

Y la sal que lo perfuma se refùgia en mi conzuelo
(pensar que aveces se puede nadar contracorriente),
para darme un minuto a solas con el tiempo,
y me vuelvo necio; me aferro a un cuerpo.

Aveces me bajo del tranvìa dominical
en jueves
(hay quienes prefieren otros dìas),
y me maquillo de nuevo la conciencia;
le dibujo una sonrisa.

Y sigo caminando hasta el puesto de revistas
(creì ver mi futuro en una pàgina -imaginaria-),
miro el cielo medio nublado y tomo un taxi
que me lleva de nuevo al mundo.
Le pido como ùltima salida
que de vuelta en la esquina
y se atraviesa la cordura.

Me bajo.
Camino sin sumbo.
- Conciente de que tengo que llegar a un punto-.

Mudo entonces mi juicio
a otro juzgado,
y despuès de ver mis expedientes,
la corte entera me declara culpable;
de envejecer mil años
mis razones de existencia
-matar mis sueños-.

Pugno mi condena por pensar no ser eterno.

Hace poco me di cuenta de que ya era libre...
Y eterno.
Punto.

(Ahora vuelo libre).

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio