martes, 27 de diciembre de 2005

† La luna de Mona Lisa †

Esta noche huele a hierba.
Huele un poco como a menta,
definitivamente esta noche
huele a tì; Mona Lisa.

Y la luz neòn de las estrellas
me recuerda que imagino
-con esa imaginaciòn que tengo-
y regreso un poco a la luna;
aquella que cobija mis versos.

Tu luna Mona Lisa,
la misma que ves cada noche
cuando tocas tu cuerpo encendido;
en deseo y un pudor ajeno
y mueves tu mano hacia tus senos
y bajando lentamente hasta tu vientre
descansa en un suave jugueteo con tu ombligo.

Llega a tu cama mi figura
disfrazada de una foto en tu burò
y semi difusa entre las sombras
-las que oscurecen tu habitaciòn-
te permiten usar la imaginaciòn
-esa imaginaciòn que tienes Mona Lisa-.

Como aquella luna tuya Mona Lisa
me disfrazo de aire y atravieso tu cornisa
y en tu espalda y en tu vientre calcinado
derramo yo mis versos de ceniza.

Y es que esta verborragia que ahora tengo
es el sìntoma de esta bendita enfermedad
de estar enamorado de tus labios
y aunque el ùnico remedio son tus besos
necesito tener tambièn tu cuerpo Mona Lisa.

Ven y abrazame; escùrrete en mis dedos,
deja de soñar e imaginar
y hazme tuyo en realidad.
Deja de mirar tu luna deseando estar conmigo
y toma mi boca y bebamos vino tinto
y la noche irà cobrando sentido
y pagaràn tu cuerpo y mi cuerpo
las deudas que tienen con el deseo.
...y nos perderemos en la noche Mona Lisa...
Nos amaremos.

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lunes, 12 de diciembre de 2005

† Noche apresurada.†

De entre las paredes y un poco de café cargado,
resonó un eco en la habitación;
era el murmullo de un ángel que gritaba...
...y el ángel decía: ...ven...

Y la mañana y la tarde se llegaron,
de entre las montañas y un murmullo en el agua
y el silencio se hizo en el campo
cuando llegó la noche apresurada.

Vestido de azul el ángel se acercó
y tomó mi mano y también me besó;
un beso en la frente y en la boca me dió
y el tiempo de a poco se congeló.

Entre las sombras y los árboles
el ángel desapareció
dejándo mil besos en el aire
y destrozado mi corazón.

Quizá el ángel regrese,
quizá jamás me encontró,
tal vez fué solo un sueño
pero fué un sueño de amor.

Quizá de eso se trate el amor...

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† Fugitivos del oceano †

Aroma a nubes de madrugada,
incienso y cigarro en medio de la charla,
mientras caminamos perdidos por el océano,
fugitivos de sus aguas;
de su aguaje.

Perdidos con rumbo entrelazado.
Fugitivos del océano y de sus avenidas,
entre charcos y olas de la esquina
y una lluvia fría desde afuera.
Y dentro, seguimos siendo marionetas;
títeres de nuestro propio teatro del amor,
títeres de la distancia.

Y el tiempo; titiritero del destino,
nos juega limpio con sus horas;
permite que toquemos sus minutos
y quememos nuestros cuerpos;
tu piel blanca y mi canela.

Trepamos por la oscuridad de nuestros cuerpos.
Tu desnudez vació mi pudor
-lo volvió ajeno a mi memoria-
y recorro con mi lengua cada poro de tu piel
y se heriza tu presencia
y el sudor se mezcla.
Emprendemos juntos el escape.

Fugitivos del océano nos perdemos en la noche,
nos armamos de caricias y cargamos más de mil besos.
Entre la cortina y tu mirada se refleja el único testigo;
la luna menguante que se hace cómplice de aquel momento
y lo sabe todo. Pero calla
......ella siempre calla. Y sigue observandonos.

Ahí; fugitivos del océano.

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viernes, 9 de diciembre de 2005

† Flores en la basura †

Mariposa de mil colores;
claroscuro en contrapunto con mis ojos.
¿En donde dejaste tus colores?
Y en respuesta me señalas esa esquina
-la oscura y olvidada-,
ahí donde depositan la basura
-lo obsoleto y lo viejo-;
lo que ya no sirve.

Puta mariposa de mil colores,
tus pendejadas opacaron la primavera;
la que venía pura y virgen
y la orillaron a suicidarse.
Y murió la primavera pura y virgen.

Hoy levanté un poco de tus colores
y los metí entre mis bolsillos
pero pesaron tanto que se desgarraron
y tus colores se regaron en la acera
y corrió la gente a recogerlos;
todos querían llevar un poco,
un poco de aquellos colores que tú dejaste;
como flores tiradas en la basura.

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jueves, 8 de diciembre de 2005

† Mi dulce Dulcinea †

Yo; Quijote de los sueños que engancho,
cabalgo por La Mancha de mis ilusiones
en mi fiel ecuestre amigo Rosinante
y junto mio y aveces adelante
la cordura y freno de mis desvarìos
mi fiel amigo y compañero Sancho.

Voy por el mundo luchando con los hombres necios
y a veces me topo con algunos Gigantes,
peleo entonces con mis Molinos de viento
y es ahì cuando al tiempo le miento
y hago de sus minutos mis amantes
quebrando asì sus horas con segundos necios.

Y te imagino aquì -mi dulce Dulcinea-;
mujer del Toboso apellidada
que sin nombre ni apellido verdadero
y hospedada en un horizonte lejano y venidero,
te imagino mìa cada madrugada
y te guardo y te renombro en mi soñada odisea.

Quiero ser tu pecado mi dulce Dulcinea,
pecar contigo denùdo en el crepùsculo,
pecar sin nombres y sin apellidos,
en un lugar lejano ausente de bandidos
y que un beso -tuyo y mìo- por màs minùsculo,
se convierta en nuestra dicha y en sagrada precea.

Mi dulce Dulcinea; mujer sin rostro y cuerpo de aire
que se atravieza a diario en mi camino infame,
surge de mis sueños como Quetzal salvador
y desgarra mis dolores como aquel Cid Campeador,
enjuga mis heridas con tu dulce mano suave
y haz de mi un ser volàtil para amarnos en el aire.

Tu;
mi dulce Dulcinea
y yo;
fiel Quijote de mis sueños.

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viernes, 2 de diciembre de 2005

† Idiota pedazo de tiempo †

Idiota pedazo de tiempo;
ahì paralizado con las piernas rancias,
con una melancolìa histèrica y moribunda,
con una pastilla de un recuerdo atorado en la garganta
que no te deja tragar ni tu propia saliva...

Cristal de ego débil;
Mírate: Inoportuno y gran absoleto,
con un par de nudos en las manos roídas
y un velo que ata a un pasado de grandes caídas
que no son ya más que papiros amargos y destilados.

Embaucador de plegarias; Escúchanos.
Cautivo y olvidadizo señor caballero
que marcha cabizbajo sin rumbo fijo,
plasmando innumerables huellas de tinta en letra…
Partiendo hacia el país de la joven Eternidad.

Allí donde hay dìas perdidos; Perdidos de nosotros,
estanques y cuadras que se dilaceran
y un semàforo en rojo que no te permite volar;
llegar a esa historia que empieza en una mariposa
y como ave raquìtica, llega desparpajada al nido...

Allí donde los sueños se veían cobijados
para sus alas desplegar hacia el tan infinito mar.
Y es que siempre hay y No hay; Buques y navíos.
Maestro de todo y nada: Adormece el ancla bajo la luna
y permite embargar las ruinas para en la noche naufragar.

Naufragar al filo de una navaja en la oscuridad,
con la verdad entre los dientes y un poco de sal en el cabello.
Con los pàrpados mordidos y arena en los bolsillos que escapa
y lucha entre nauseabundos espasmos contra su frágil voluntad,
Así... como ese idiota pedazo de tiempo.

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