jueves, 8 de diciembre de 2005

† Mi dulce Dulcinea †

Yo; Quijote de los sueños que engancho,
cabalgo por La Mancha de mis ilusiones
en mi fiel ecuestre amigo Rosinante
y junto mio y aveces adelante
la cordura y freno de mis desvarìos
mi fiel amigo y compañero Sancho.

Voy por el mundo luchando con los hombres necios
y a veces me topo con algunos Gigantes,
peleo entonces con mis Molinos de viento
y es ahì cuando al tiempo le miento
y hago de sus minutos mis amantes
quebrando asì sus horas con segundos necios.

Y te imagino aquì -mi dulce Dulcinea-;
mujer del Toboso apellidada
que sin nombre ni apellido verdadero
y hospedada en un horizonte lejano y venidero,
te imagino mìa cada madrugada
y te guardo y te renombro en mi soñada odisea.

Quiero ser tu pecado mi dulce Dulcinea,
pecar contigo denùdo en el crepùsculo,
pecar sin nombres y sin apellidos,
en un lugar lejano ausente de bandidos
y que un beso -tuyo y mìo- por màs minùsculo,
se convierta en nuestra dicha y en sagrada precea.

Mi dulce Dulcinea; mujer sin rostro y cuerpo de aire
que se atravieza a diario en mi camino infame,
surge de mis sueños como Quetzal salvador
y desgarra mis dolores como aquel Cid Campeador,
enjuga mis heridas con tu dulce mano suave
y haz de mi un ser volàtil para amarnos en el aire.

Tu;
mi dulce Dulcinea
y yo;
fiel Quijote de mis sueños.

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