† Fugitivos del oceano †
Aroma a nubes de madrugada,
incienso y cigarro en medio de la charla,
mientras caminamos perdidos por el océano,
fugitivos de sus aguas;
de su aguaje.
Perdidos con rumbo entrelazado.
Fugitivos del océano y de sus avenidas,
entre charcos y olas de la esquina
y una lluvia fría desde afuera.
Y dentro, seguimos siendo marionetas;
títeres de nuestro propio teatro del amor,
títeres de la distancia.
Y el tiempo; titiritero del destino,
nos juega limpio con sus horas;
permite que toquemos sus minutos
y quememos nuestros cuerpos;
tu piel blanca y mi canela.
Trepamos por la oscuridad de nuestros cuerpos.
Tu desnudez vació mi pudor
-lo volvió ajeno a mi memoria-
y recorro con mi lengua cada poro de tu piel
y se heriza tu presencia
y el sudor se mezcla.
Emprendemos juntos el escape.
Fugitivos del océano nos perdemos en la noche,
nos armamos de caricias y cargamos más de mil besos.
Entre la cortina y tu mirada se refleja el único testigo;
la luna menguante que se hace cómplice de aquel momento
y lo sabe todo. Pero calla
......ella siempre calla. Y sigue observandonos.
Ahí; fugitivos del océano.
incienso y cigarro en medio de la charla,
mientras caminamos perdidos por el océano,
fugitivos de sus aguas;
de su aguaje.
Perdidos con rumbo entrelazado.
Fugitivos del océano y de sus avenidas,
entre charcos y olas de la esquina
y una lluvia fría desde afuera.
Y dentro, seguimos siendo marionetas;
títeres de nuestro propio teatro del amor,
títeres de la distancia.
Y el tiempo; titiritero del destino,
nos juega limpio con sus horas;
permite que toquemos sus minutos
y quememos nuestros cuerpos;
tu piel blanca y mi canela.
Trepamos por la oscuridad de nuestros cuerpos.
Tu desnudez vació mi pudor
-lo volvió ajeno a mi memoria-
y recorro con mi lengua cada poro de tu piel
y se heriza tu presencia
y el sudor se mezcla.
Emprendemos juntos el escape.
Fugitivos del océano nos perdemos en la noche,
nos armamos de caricias y cargamos más de mil besos.
Entre la cortina y tu mirada se refleja el único testigo;
la luna menguante que se hace cómplice de aquel momento
y lo sabe todo. Pero calla
......ella siempre calla. Y sigue observandonos.
Ahí; fugitivos del océano.
Etiquetas: Infinismos
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