miércoles, 8 de agosto de 2007

† Pedestal de palofierro †

En un pedestal de palofierro te condeno;
a mirarnos hacia abajo; como homigas.
TE condeno a jugar un ajedréz premeditado,
a la arrogancia de observarnos desde arriba.

Desde abajo te condeno a ser juez,
a ser verdugo de los sueños de otros,
a escucharnos a todos reír y llorar
y a tener las manos atadas y no ayudar.

¡Te condeno!

Te condeno a no bajar a respirar.
Tú no sabes de calendarios,
no has estado en el tráfico del mediodía,
no has probado el hachís ni la nicotina,
no pagas impuestos o parkímetros,
no te ajustas a horarios y no vistes de Prada.
No visitas al dentista y mucho menos al urólogo.
Por eso te condeno.

Te condeno a no votar en elecciones,
te condeno a no viajar en un velero,
a no meter las manos en el océano,
te condeno a no mirar la luna llena
y te condeno a estar ahí; en un pedestal de palofierro.

¡Te condeno!

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