viernes, 1 de junio de 2007

† Imaginariamente imagino; Infinismos †


Pensando en tì me dì cuenta de que te imagino,
y me sobran razones para imaginarte,
porque eres, o màs bien, te imagino;
como una fractura en mi tiempo;
el tiempo parte de tì y el antes no importa.

Ya mencionado que el antes no importa
me enfoco en el despuès; ese breve espacio de tiempo
en el que, simbiòticamente, te has hecho parte de mì;
si toco es con tu mano, si huelo es con tu narìz,
si miro es a travès de tus ojos, me peino tu cabello,
desayuno con tu boca y me acuesto con tu cuerpo.

Es entonces cuando la retòrica y yo nos confundimos,
porque ya no se si me besas o te beso
y no se si me abrazas o te abrazo.
Aùn asi se que tus besos me saben a miel,
y se, mejor aùn, que te quiero.

Y no imagino que te quiero ¡te quiero!
Pero no por imaginarte sino porque puedo tocarte
o, mejor aùn, porque me tocas, porque me besas,
aunque a veces imagino que lo haces
y es entonces cuando vuelo -imaginariamente-
por tu cuerpo -que no es imaginario-.

Y volando -imaginariamente- toco cada parte de tì,
y al llegar a tus ojos te observo; te acecho.
Y en el infinismo de nuestras miradas me congelo,
te encuentro y sè que no te imagino
porque me quieres o, mejor aùn... ¡porque te quiero!


Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio