† Imaginariamente imagino; Infinismos †
Pensando en tì me dì cuenta de que te imagino,
y me sobran razones para imaginarte,
porque eres, o màs bien, te imagino;
como una fractura en mi tiempo;
el tiempo parte de tì y el antes no importa.
Ya mencionado que el antes no importa
me enfoco en el despuès; ese breve espacio de tiempo
en el que, simbiòticamente, te has hecho parte de mì;
si toco es con tu mano, si huelo es con tu narìz,
si miro es a travès de tus ojos, me peino tu cabello,
desayuno con tu boca y me acuesto con tu cuerpo.
Es entonces cuando la retòrica y yo nos confundimos,
porque ya no se si me besas o te beso
y no se si me abrazas o te abrazo.
Aùn asi se que tus besos me saben a miel,
y se, mejor aùn, que te quiero.
Y no imagino que te quiero ¡te quiero!
Pero no por imaginarte sino porque puedo tocarte
o, mejor aùn, porque me tocas, porque me besas,
aunque a veces imagino que lo haces
y es entonces cuando vuelo -imaginariamente-
por tu cuerpo -que no es imaginario-.
Y volando -imaginariamente- toco cada parte de tì,
y al llegar a tus ojos te observo; te acecho.
Y en el infinismo de nuestras miradas me congelo,
te encuentro y sè que no te imagino
porque me quieres o, mejor aùn... ¡porque te quiero!
Etiquetas: Infinismos
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio